¿Cuantas veces lo habremos oído? Sí, sí, es que no sabeis lo que teneis. ¿Que opinais? ¿De veras no lo sabemos? ¿Seremos tan lerdos los provincianos? Quizás haya que sufrir 11 meses de agobio asfáltico para perdonar semejante dosis de jactancia y pretenciosidad, quizás.
Los lugareños de estos lares, padecemos y tambien gozamos de los avatares de esta desventurada esquina hispánica. Cuándo llegan las lluvias, el frío y la humedad se cuela hasta la última costura de nuestra anatomía, también "sabemos lo que tenemos".
Afortunadamente estos visitantes llegan de la mano de la muda espectacular en la vestimenta de nuestros carballos, castiñeiros, frutales... Los colores del invierno vienen a rendir pleitesía al noroeste y a dar sus frutos en prenda. Y viene la matanza a brindar el espectáculo del "buon mangare" ¿Para que sacrificar 100 bueyes, basta un cerdo bien cebado, a la gallega para dejar exhausto al más exijente glotón.
En la costa, los paseos y las visitas al litoral quedan libres de aglomeraciones y cada galaico puede disfrutar de una paradisíaca playita para él solito -aunque siempre mejor en compañía-. El mar también hace su ofrenda espectacular: vieiras, almejas, berberechos, pescadito fresco bueno, bonito y barato.
Esto y mucho más es, la verdadera razón de que los galaicos aguantemos lo que nos echen con tal de resistir "na casiña". Aguantamos una situación evidente de desventaja, casi aislamiento, en cuanto al resto del pais. Nuestros empleos son peores, nuestras infraestructuras son peores, nuestra industria está sin desarrollar, las carencias en sanidad, servicios sociales, eduación, deportes, son evidentes.
Pero gracias a las meigas, los trasnos, la santa compaña, los dioses de los rios y los bosques umbrios del noroeste, SÍ SABEMOS LO QUE TENEMOS. Faltaría más.
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